jueves, 17 de marzo de 2016

Evaluación formativa. Capítulo 9

Universidad Técnica Nacional
Centro de Formación Pedagógica y Tecnología Educativa
Sede Regional de San Carlos
Licenciatura en Mediación Pedagógica
Glenda M. Chacón Hernández
 Síntesis y reflexión sobre el capítulo 9 del Libro Enseñar y evaluar


Evaluación de los resultados
Los errores… aliados en la construcción de rutas hacia el conocimiento

Cuando se habla de que en algunos países, escuelas, colegios o universidades no se realizan pruebas escritas como herramientas de evaluación, tendemos a sobresaltarnos, incluso no cabe en nuestra cabeza otra forma para evaluar, que no sea la que se ha utilizado a lo largo de tantos años, en el sistema de educación y que se refiere a la medición del aprendizaje del conocimiento de los otros, mediante la aplicación de Pruebas Escritas donde la calificación es numérica.

Otra manera de evaluar es posible

Avolio y Iacolutti (2006), presentan todo un capítulo que habla sobre la posibilidad de evaluar los procesos de aprendizaje (EPA), despertando la inquietud del mediador – lector, quien podrá tener la oportunidad de visualizar este difícil tramo del camino de una manera sencilla y práctica: la evaluación formativa, que data del año 1967.

Entender que la evaluación es un acto de comprensión y de posibilidades de mejora continua y que los errores son parte de ese proceso, permitirá alcanzar un aprendizaje significativo; en donde se logre entender y comprender por qué las cosas son como son y ésta entonces, será la labor de la academia o de los encargados para procurar mejores resultados a partir de mejores procesos.

Señalan las autoras que “la sanción inhibe la motivación e incide en el aprendizaje de forma negativa”, hablando por supuesto de la aplicación de pruebas sumativas y lo que podría ser, otro tipo de evaluación donde esté permitido identificar el error –sin caer en los excesos de errores- para entenderlo, para que el mediador tenga la opción de apoyar al aprendiente en el área que se indicó había debilidades e irle siguiendo el pulso mediante la reflexión, el diálogo y la madurez desarrollada por el estudiante, para aceptar enmiendas observadas por sus pares de grupo.
En este sumar y sumar para hacer el cambio, debe considerarse la necesidad de que en todo momento, debe imperar un ambiente positivo de recepción en donde la confianza, la seguridad y la aceptación entre las personas, sea el común denominador, todo en aras de que el proceso realizado aporte al crecimiento en el conocimiento de los involucrados, sea de manera grupal e individual.

En el caso particular de una prueba formativa, deben imperar criterios claros acerca de qué es lo que se va a evaluar? Y Cómo se va a evaluar?, pudiera ser mediante una rúbrica de paso por paso que facilita dar respuesta a esas dos interrogantes y que posibiliten tanto para el mediador como para el aprendiente, la recolección de evidencien de las fortalezas y las debilidades encontradas y que a su vez permitan realizar los ajustes necesarios para alcanzar dar respuestas y la gran oportunidad de continuar en la construcción del conocimiento.

Como punto adicional y elemento nuevo en este propio aprendizaje, fue comprender el significado de formativo y formadora, en donde la primera se refiere al docente quien planea para transmitir, compartir y además poder observar el avance y los logros de sus estudiantes y la segunda que está explicada técnicamente para ser valorada por el aprendiente; es verlo inmerso en su propia inquietud de encontrar sus errores, de poder enunciarlos, de poder repararlos, sacar sus propias conclusiones, permitir el recibo de aportes de sus pares y sentirse satisfecho de su propio logro y de cómo, siguiendo varios caminos, se enrumba hacia la construcción de su conocimiento.

En Costa Rica se inició hace apenas un par de años una modificación al sistema de evaluación, cuya consigna es que los mediadores utilicen la herramienta de evaluación Formativa. Muchos fueron los comentarios generados tanto por los educadores, padres de familia y la comunidad acerca del cambio propuesto, entre ellos recuerdo ¿Cómo que no se van a evaluar a los niños de primer grado?, -No van a aprender a leer, -La educación está cada vez peor, entre otros. En el documento elaborado por el Departamento de Evaluación de los aprendizajes del MEP (2013) aparece este comentario que es interesante analizar “En la práctica pedagógica es poco el uso que los docentes hacen de la evaluación formativa, como proceso que provee información para la toma de decisiones, ya que se ha creído que al no brindar datos cuantitativos, no tiene importancia, y por consiguiente se le invisibiliza” (p.1)

AUTORIDADES NACIONALES
Leonardo Garnier Rímolo
Ministro Educación Pública
Dyalah Calderón de la O
Viceministra Académica
S...Efectivamente la primera reacción es de los educadores, quienes advierten como negativo ese cambio y entonces volvemos a lo que se indicara al iniciar esta síntesis, es difícil imaginar pasar de un grado a otro sin haber aplicado una prueba escrita y es que el solo hecho de planear actividades diferente, introducir innovación al compartir en salón de clases, hacer de la constante y permanente observación el mejor aliado en el proceso enseñanza-aprendizaje, encuentra resistencia.

En ese afán de contar con una evidencia narrada por una educadora; visité la Escuela Juan Chaves R., quien si acogió esta modalidad de evaluación el año pasado. La siguiente es la solicitud que efectué vía correo electrónico a la educadora:

   Buenas tardes profesora, gracias por atenderme esta tarde.

El propósito de esta consulta, tal y como le dijera, es saber, conocer de la experiencia vivida en la aplicación del nuevo sistema de evaluación a los niños de primer grado de escuela, principalmente, saber:
1- Cómo se sintió usted como mediadora utilizando el sistema y 
2- El resultado o logros de los niños.

Como punto adicional; usted cree que es útil la herramienta de evaluación formativa y formadora?

Mil gracias por su respuesta.

Al día de hoy no recibí respuesta por lo que no podré compartir los hallazgos.




ibliografía

Avolio, S. e Iacolutti, M. (2006) Enseñar y Evaluar en Formación por competencias laborales. Primera Edición, Argentina.


Torres, R., Barrantes, J., Gutiérrez, X., Leitón, O., Marchena, J., Mora, I. (2013). La Evaluación Formativa. Ministerio de Educación Pública, San José, Costa Rica.

miércoles, 16 de marzo de 2016

Capítulo 9 del libro Enseñar y evaluar

Universidad Técnica Nacional
Centro de Formación Pedagógica y Tecnología Educativa
Sede Regional de San Carlos
Licenciatura en Mediación Pedagógica
Glenda M. Chacón Hernández
 Síntesis y reflexión sobre el capítulo 9 del Libro Enseñar y evaluar


Evaluación de los resultados
Los errores… aliados en la construcción de rutas hacia el conocimiento


Universidad Técnica Nacional
Centro de Formación Pedagógica y Tecnología Educativa
Sede Regional de San Carlos
Licenciatura en Mediación Pedagógica
Glenda M. Chacón Hernández
 Síntesis y reflexión sobre el capítulo 9 del Libro Enseñar y evaluar


Evaluación de los resultados
Los errores… aliados en la construcción de rutas hacia el conocimiento

Cuando se habla de que en algunos países, escuelas, colegios o universidades no se realizan pruebas escritas como herramientas de evaluación, tendemos a sobresaltarnos, incluso no cabe en nuestra cabeza otra forma para evaluar, que no sea la que se ha utilizado a lo largo de tantos años, en el sistema de educación y que se refiere a la medición del aprendizaje del conocimiento de los otros, mediante la aplicación de Pruebas Escritas donde la calificación es numérica.

Otra manera de evaluar es posible

Avolio y Iacolutti (2006), presentan todo un capítulo que habla sobre la posibilidad de evaluar los procesos de aprendizaje (EPA), despertando la inquietud del mediador – lector, quien podrá tener la oportunidad de visualizar este difícil tramo del camino de una manera sencilla y práctica: la evaluación formativa, que data del año 1967.

Entender que la evaluación es un acto de comprensión y de posibilidades de mejora continua y que los errores son parte de ese proceso, permitirá alcanzar un aprendizaje significativo; en donde se logre entender y comprender por qué las cosas son como son y ésta entonces, será la labor de la academia o de los encargados para procurar mejores resultados a partir de mejores procesos.

Señalan las autoras que “la sanción inhibe la motivación e incide en el aprendizaje de forma negativa”, hablando por supuesto de la aplicación de pruebas sumativas y lo que podría ser, otro tipo de evaluación donde esté permitido identificar el error –sin caer en los excesos de errores- para entenderlo, para que el mediador tenga la opción de apoyar al aprendiente en el área que se indicó había debilidades e irle siguiendo el pulso mediante la reflexión, el diálogo y la madurez desarrollada por el estudiante, para aceptar enmiendas observadas por sus pares de grupo.
En este sumar y sumar para hacer el cambio, debe considerarse la necesidad de que en todo momento, debe imperar un ambiente positivo de recepción en donde la confianza, la seguridad y la aceptación entre las personas, sea el común denominador, todo en aras de que el proceso realizado aporte al crecimiento en el conocimiento de los involucrados, sea de manera grupal e individual.

En el caso particular de una prueba formativa, deben imperar criterios claros acerca de qué es lo que se va a evaluar? Y Cómo se va a evaluar?, pudiera ser mediante una rúbrica de paso por paso que facilita dar respuesta a esas dos interrogantes y que posibiliten tanto para el mediador como para el aprendiente, la recolección de evidencien de las fortalezas y las debilidades encontradas y que a su vez permitan realizar los ajustes necesarios para alcanzar dar respuestas y la gran oportunidad de continuar en la construcción del conocimiento.

Como punto adicional y elemento nuevo en este propio aprendizaje, fue comprender el significado de formativo y formadora, en donde la primera se refiere al docente quien planea para transmitir, compartir y además poder observar el avance y los logros de sus estudiantes y la segunda que está explicada técnicamente para ser valorada por el aprendiente; es verlo inmerso en su propia inquietud de encontrar sus errores, de poder enunciarlos, de poder repararlos, sacar sus propias conclusiones, permitir el recibo de aportes de sus pares y sentirse satisfecho de su propio logro y de cómo, siguiendo varios caminos, se enrumba hacia la construcción de su conocimiento.

En Costa Rica se inició hace apenas un par de años una modificación al sistema de evaluación, cuya consigna es que los mediadores utilicen la herramienta de evaluación Formativa. Muchos fueron los comentarios generados tanto por los educadores, padres de familia y la comunidad acerca del cambio propuesto, entre ellos recuerdo ¿Cómo que no se van a evaluar a los niños de primer grado?, -No van a aprender a leer, -La educación está cada vez peor, entre otros. En el documento elaborado por el Departamento de Evaluación de los aprendizajes del MEP (2013) aparece este comentario que es interesante analizar “En la práctica pedagógica es poco el uso que los docentes hacen de la evaluación formativa, como proceso que provee información para la toma de decisiones, ya que se ha creído que al no brindar datos cuantitativos, no tiene importancia, y por consiguiente se le invisibiliza” (p.1)

Efectivamente la primera reacción es de los educadores, quienes advierten como negativo ese cambio y entonces volvemos a lo que se indicara al iniciar esta síntesis, es difícil imaginar pasar de un grado a otro sin haber aplicado una prueba escrita y es que el solo hecho de planear actividades diferente, introducir innovación al compartir en salón de clases, hacer de la constante y permanente observación el mejor aliado en el proceso enseñanza-aprendizaje, encuentra resistencia.

En ese afán de contar con una evidencia narrada por una educadora; visité la Escuela Juan Chaves R., quien si acogió esta modalidad de evaluación el año pasado. La siguiente es la solicitud que efectué vía correo electrónico a la educadora:

   Buenas tardes profesora, gracias por atenderme esta tarde.

El propósito de esta consulta, tal y como le dijera, es saber, conocer de la experiencia vivida en la aplicación del nuevo sistema de evaluación a los niños de primer grado de escuela, principalmente, saber:
1- Cómo se sintió usted como mediadora utilizando el sistema y 
2- El resultado o logros de los niños.

Como punto adicional; usted cree que es útil la herramienta de evaluación formativa y formadora?

Mil gracias por su respuesta.

Al día de hoy no recibí respuesta por lo que no podré compartir los hallazgos.




ibliografía

Avolio, S. e Iacolutti, M. (2006) Enseñar y Evaluar en Formación por competencias laborales. Primera Edición, Argentina.


Torres, R., Barrantes, J., Gutiérrez, X., Leitón, O., Marchena, J., Mora, I. (2013). La Evaluación Formativa. Ministerio de Educación Pública, San José, Costa Rica.

jueves, 10 de marzo de 2016

Síntesis y reflexión, Capítulo 10 Libro Enseñar y Evaluar

Universidad Técnica Nacional
Centro de Formación Pedagógica y Tecnología Educativa
Sede Regional de San Carlos
Licenciatura en Mediación Pedagógica
Glenda M. Chacón Hernández1
 Síntesis y reflexión sobre el capítulo 10 del Libro Enseñar y evaluar


Evaluación de los resultados
Logros del aprendiente


Al ir avanzando en la lectura del capítulo, se va descubriendo la razón del título y además el cumplimiento del objetivo planteado, cual es el de ir tras la búsqueda de un diseño de una propuesta de evaluación integradora para un módulo, unidad, curso u otra actividad en la que se desee medir el logro alcanzado por el aprendiente y donde se contemple el planteamiento de objetivos, las competencias que se desean alcanzar, la herramienta que se construya para evaluar, los resultados obtenidos y la reflexión acerca de los mismos.

Antes de continuar, se hace necesario definir al menos los conceptos de calificación y acreditación; el primero se refiere a como mediante un código numérico o conceptual, se logra convertir los resultados de la evaluación y la segunda –acreditación tiene que ver más con la forma en que institución reconoce que el aprendiente ha cumplido con los requisitos de aprendizaje previamente establecidos para aprobar y por lo tanto otorgar el certificado.

Llama la atención el hecho de que a pesar de que todo apunta hacia le prueba de la medición de resultados, la profundización que se hace es acerca de, comprender ese resultado tomando en cuenta el entorno, el contexto en que se obtuvieron. Es importante saber que aconteció, los conocimientos previos, los criterios tomados en cuenta por el estudiante para resolver, para comunicar y sobre todo para la toma de decisiones.

De ahí la importancia de que antes de poder alcanzar esos resultados por estudiante (según las autoras Avolio e Iacoluti); se conozcan o planteen los siguientes aspectos a fin de planificar una evaluación final:
1-      ¿Cuál es el propósito de formación del módulo? ¿Cuál es el problema de la práctica profesional que sirve de núcleo?
2-      ¿Cuáles son las capacidades involucradas en los objetivos del módulo y los contenidos a evaluar?
3-      ¿Qué capacidades vamos a evaluar durante el proceso? ¿Cuáles evaluaremos a través de los productos elaborados? ¿Cuáles consideraremos en esta instancia?.
4-      ¿Cuál será la mejor situación que podemos plantear al finalizar el desarrollo del módulo, de modo tal que sea suficientemente representativa para evaluar las capacidades expresadas en los objetivos?

Posterior a este planteamiento de interrogantes de la situación, sugieren formular las siguientes preguntas:
1-      ¿Cuáles serán las evidencias que vamos a considerar como indicadores de logro?
2-      ¿Qué técnicas e instrumentos serán los más pertinentes para recoger y registrar la información, considerada válida y significativa, en función de la situación planteada?
3-      ¿Qué criterios vamos a tener en cuenta para la aprobación?

Como se observa, es necesario definir los anteriores aspectos; en la medida en que se tenga claridad de éstos, así tendrá validez y confiabilidad el proceso evaluativo aplicado a las personas que participan en las sesiones de aprendizaje. Es un modo de conocer mejor el porqué de esos resultados, hay veces dejados de percibir por muchas razones, por lo menos en Costa Rica dos de esas, -muy personalmente considero-, serían por el sistema Conductista (tradicional) que posee el MEP y la otra por la cantidad de estudiantes por aula que atiende un solo docente.

En este momento, es bueno reconocer los esfuerzos que desde el MEP realizan los jerarcas (principalmente con el dictado de la política educativa lanzada en 1994); pero que no ha logrado permear y dar ese salto cuantitativo hacia la adopción de otras metodologías de trabajo en el proceso enseñanza-aprendizaje, seguirán por lo tanto aplicándose pruebas escritas muchas veces no congruentes entre la realidad de lo que se ejecuta en un aula con la forma en que como educador desea saber cómo ha sido la asimilación de los conocimientos por parte del alumno.
Un ejemplo típico es que hoy día aún hay educadores que entre más resultados negativos consigan, más satisfacción sienten de su materia. Lo idóneo es que el aprendiente pueda demostrar que el educador si logró permear en él y que los pasos dados en el proceso fueron lo suficientemente claros y significativos como para poder mostrar sus competencias en una prueba de naturaleza escrita. Es indispensable que todo docente pueda reflexionar acerca de los resultados obtenidos al aplicar una prueba, es más que una nota; es comprender dentro del contexto el por qué uno de sus estudiantes obtuvo un porcentaje inferior al esperado, es una oportunidad diagnóstica para mejorar y prestar más atención a las debilidades que el alumno demostró, lastimosamente en el país, el MEP no posee un mecanismo de selección para contratar a los mejores educadores y se cometen errores básicos al plantear un una prueba ítems ambiguos, excesos de preguntas; pues en muchos casos ni ellos mismos conocen que es lo que desean obtener de sus aprendientes.

En Costa Rica lamentablemente tal y como lo apunta el Estado de la Educación en su Quinta entrega “La estructura actual de las pruebas escritas (las grandes protagonistas en las estrategias de evaluación de los aprendizajes) es bastante rígida y está pensada para dar cuenta del aprendizaje de datos y conceptos, no tanto de lo que los estudiantes saben hacer” (p. 180). Esta afirmación se refleja por lo tanto en los resultados que a través de la Prueba PISA (Programa Evaluación Internacional de Alumnos) han venido encontrando al aplicarla desde hace años a nuestro país, no hay manera de salir, menos de ascender de los lugares en donde aparecemos por ejemplo desde 2009, 2010 y 2012. El desempeño obtenido en Matemáticas, Ciencias y lectura han estado muy por debajo de lo que este Programa ha ido evidenciando en otros países. PISA considera el nivel 2 como el mínimo para poder participar en la sociedad del conocimiento y es triste saber que hay una disparidad de conocimiento equivalente a más de dos años completos de enseñanza de la matemática y de 5 años si se compara con Shangai, no se nos ha enseñado a pensar, a resolver problemas en determinados momentos, a comunicar asertivamente las opiniones, las críticas, los aportes, a tomar las mejores decisiones al irnos preparando en el caminar diario por las aulas.

Las deficiencias quedan muy al descubierto cuando los jóvenes deben enfrentar por si mismos situaciones en las que ameritan analizar, reflexionar, brindar conclusiones, expresarse ante un público, redactar informes, leer, en fin, hasta que no se realicen los esfuerzos por mejorar, se seguirán recibiendo graduados de secundaria con fuertes debilidades en muchos aspectos de su
desarrollo por alcanzar una profesionalización acorde con lo que la sociedad requiere y que muchas veces la universidad tiene que asumir, para no ver alumnos frustrados o que los índices de deserción se disparen, pues no se han desarrollado las estrategias que les permitan salir delante de una manera sencilla y muy responsable.

Bien apunta doña Sonia Marta Mora, Ministra de Educación, al referirse a un desafío que lanza un reciente estudio de una misión de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) en nuestro Territorio, al decir que “Los grandes rezagos y disparidades existentes hacen imperativo un esfuerzo nacional para ponerse al día y superar grandes carencias que inciden en los resultados” (p. 25 A). Se podría concluir haciendo referencia a la necesidad de que el cambio empiece por cada uno de los educadores, que si persisten en continuar con la aplicación de pruebas escritas; éstas sean formuladas con mucha claridad y al tenor del cumplimiento de objetivos, pero más que eso, al deseo de que sus alumnos puedan captar los conocimientos y los puedan trasladar  a la aplicación de su vida real y a comprender el por qué es imprescindible asistir a una escuela, continuar en el colegio y optar por una preparación universitaria.


Bibliografía

Avolio, S. e Iacolutti, M. (2006) Enseñar y Evaluar en Formación por competencias laborales. Primera Edición, Argentina.

Mora, S. (2016, 16 de marzo), Educación y la OCDE. La Nación, 25A.

PEN, 2015. Quinto Informe del Estado de la Educación. San José: Programa Estado de la Nación.




jueves, 25 de febrero de 2016

Autobiografía GCHH

Universidad Técnica Nacional
Centro de Formación Pedagógica y Tecnología Educativa
Sede Regional de San Carlos
Licenciatura en Mediación Pedagógica
Evaluación de los aprendizajes desde una perspectiva integral
I C 2016


Cuando pienso ¿quién soy?, no hay una única respuesta.
Acuden a mi mente una cantidad enorme de experiencias, eventos,
datos, recuerdos que han permitido ser quien soy… hasta el día de hoy.
Glenda M. Chacón Hernández
30-01-16

Autobiografía

No es fácil escribir sobre una misma, los sentidos se agudizan, la susceptibilidad aparece como un actor importante en el escenario de cada uno de nuestros días, pues es esculcar en una misma, quién soy?, por qué soy así? Por qué actúo de esta forma? Por qué los demás no piensan igual que una?, éstas son algunas de las interrogantes que deben encontrar respuesta en el desarrollo de este documento; el cual pretende cumplir con una tarea; pero más allá de eso; es reencontrarme con mi “yo” a lo largo de mis 57 años.

Nacimiento

Nací en el Hospital San Carlos, Ciudad Quesada, San Carlos, Costa Rica el 29 de julio de 1958, de la unión de mis padres: Adrián Chacón Madrigal y Dora Hernández Rojas (ambos migrantes de la zona de Naranjo). Desde que mis padres contrajeron nupcias han vivido en el centro de Ciudad Quesada, muy cerca de la Escuela Juan Chaves Rojas.



Familia

Mi familia da inicio con el matrimonio de mis padres el 2 de junio de 1956 (es decir, están a punto de cumplir 60 años de vida matrimonial). De esta unión nacen mis tres hermanos y mi hermana, ellos son en orden de edad, Adrián Gerardo, quien casó con Grace Carranza y quien tiene 2 varones (José Pablo y Carlos Felipe) y una mujer, Adriana casada con Rodolfo, quienes a su vez tienen unos niños gemelos de siete años (Ignacio y Nicolás), actualmente Adrián Gerardo es pensionado del Ministerio de Educación Pública; Ana Teresa, periodista de profesión, trabaja en el ICE en San José desde hace más de 15 años; Segundo Antonio, casó con Roxana Soto, ellos procrearon 3 hijos (Juan Gabriel, Andrés y Allan) y una hija María Ximene), su hijo mayor Juan Gabriel casó con Diana y ya tienen su primer hijo Mateo, Segundo se desempeña en el campo de la construcción y como docente; Juan José es profesor de Educación Física y amante del basketbol, casó con Marianela Vargas y tienen 3 varones (José Ricardo, Juan Daniel y Javier) y 2 mujeres (Tatiana y María Belén); todos destacados jugadores de basketbol, que han representado a este cantón y al país, pues dos de ellos (los menores) han formado parte de la Selección Nacional de Basketbol de Costa Rica.

La bendición de este grupo de sangre gira alrededor del amor a Dios y a nuestros padres, quienes nos enseñaron a todos, los valores de la responsabilidad, la disciplina, la honradez, el respeto y el amor familiar. Legado especial merece el esfuerzo y la motivación para que nos preparáramos profesionalmente, tanto es así, que los 5 hermanos, hemos tenido la oportunidad de estudiar una carrera universitaria, lo cual nos ha permitido tener siempre un trabajo digno y permanente. Esta dedicación al estudio ha sido heredada a mis 12 sobrinos y sobrinos nietos, quienes sobresalen como excelentes estudiantes, ya sea a nivel de primaria, secundaria y universitaria.

Mis abuelos maternos, Segundo Hernández Matamoros y Amable Rojas Jiménez y sus 10 hijos (en cuenta mi madre), vivieron la mayor parte de su vida en Ciudad Quesada y por supuesto como era lo tradicional en ese tiempo, solo mi abuelo trabajaba. Los abuelos paternos Gonzalo Chacón Rojas y Luzmilda Madrigal González, vivieron con sus 14 hijos en Santa Clara, dedicados todos a las labores del campo. Ambas abuelas murieron en edades muy jóvenes, por lo que casi no las pude disfrutar mucho.

Mi padre tiene primaria no concluida y mi madre secundaria, hasta tercer año, sin embargo han sido nuestro empuje permanente para estudiar, trabajar y servir a la comunidad, pues mi padre trabajó muchos años como electricista (empírico por supuesto) en la Empresa Eléctrica Matamoros, cuando en muchos lugares del país ni siquiera se soñaba con tener iluminación en sus hogares y además sirvió a los Bomberos Voluntarios por bastante años, así como a la Junta de Educación de dicha Escuela, aún ya habíamos salido todos nosotros, él continuó y hasta entregó diploma a los nietos mayores.
Vida de estudio

Desde que recuerdo, me acompañan las imágenes de mi madre haciendo crucigramas, leyendo y como compañía permanente, un Diccionario. Los 5 hermanos tenemos gran inclinación hacia la lectura, el periódico nunca ha faltado en la mesa de la cocina (hasta la fecha), por lo que es lectura obligada cuando se llega al hogar de mis padres, aún en estos días, por eso es que también nos mantenemos informados de los acontecimientos del país y el mundo.

Estudié mi primaria en la Escuela Juan Chaves Rojas y debido a la cercanía de la escuela con la casa de mis padres (aún es el mismo lugar); pude asistir dos años al kínder (con mi hermano mayor y cuando me correspondió), además de que la niña Cecilia (maestra del Kinder) era la vecina más cercana a la casa nuestra. En la Juan Chaves, la más populosa en aquellos días; cursé hasta el sexto grado, obteniendo mi diploma en el año 1970. De la vida de escuela no recuerdo mucho, solo que en vacaciones iba a Santa Clara, ayudaba a coger café, colaboraba con mis tías en los quehaceres diarios. Durante esos años puedo decir que existe un vacío de evocaciones nivel por nivel escolar, solo algunos muy vagos. Recuerdo con gran cariño a una maestra que en horas fuera de sus clases nos enseñaba inglés. En el año 1965 junto a mi hermano mayor, realicé mi primera Comunión con apenas 7 años, pues ya sabía de memoria el Catecismo,

Pude ingresar a sétimo año en el Liceo San Carlos, fui siempre muy esforzada y mis notas eran bastante buenas como para aparecer cada año en Cuadro de Honor, aunque fuera en el quinto lugar. Las materias que siempre más disfruté fueron las ciencias y el Inglés y puedo decir que perseveré al dedicarle más tiempo al estudio en las materias que más me costaban, pero nunca debí ir a convocatorias o menos repetir, pues tengo la característica de ser lenta en el aprendizaje y requiero tiempo para asimilar la comprensión, en esos años no existía como ahora las adecuaciones, así que desarrollé mi propia técnica y estrategia para asimilar mejor las transmisiones de conocimiento, pues el sistema era totalmente academicista, tradicional, donde no se fomentaba la reflexión sino solo el traslado de conocimientos, quizá en Estudios Sociales con el profesor Fausto Rojas, se hizo algo diferente en las clases. Fui parte del primer grupo que estrenó los laboratorios de biología y química del colegio en undécimo año.
  
Ahí formé parte de la Estudiantina del Liceo por casi 4 años. Egresé en el año 1975 e inmediatamente al año siguiente ingresé a la Universidad de Costa Rica con el propósito de estudiar Microbiología. Haciendo un alto en el camino y ahora que soy funcionaria de una Universidad,  no sé cómo logré esa meta, pues si ahora los muchachos se quejan de no tener información, no imagino en aquellos años. Transcurrieron dos años de ambientación, sin lograr la nota que me permitiera ser parte de esa Facultad, por lo que opté por hacer matrícula en Agronomía, específicamente en la Escuela de Zootecnia. Realmente no estaba preparada para sacar una carrera en el tiempo que se tiene estipulado (6 años aproximadamente), sino que, por ejemplo un semestre viajé a llevar solo una materia, eso implicó egresarme de la Facultad, sin haber realizado mi prueba de grado por lo que en el año 1999, por gestiones del Director, pude unirme con otras personas de San Carlos para realizar el Proyecto de Graduación, pudiendo obtener el grado de Licenciatura en el 2000.

Siempre aproveché todos los cursos de Inglés que pudiera encontrar disponibles en Ciudad Quesada. Al estar laborando en INS, pude recibir también la capacitación que me permitió obtener un Diplomado en Seguros y posteriormente de agosto 1997 a agosto 1998, la oportunidad de gozar de una Beca para estudiar Seguros en los Estados Unidos, lo cual me deparó la obtención de otro Diploma en Seguros de una Universidad de Nueva York. El grado de licenciatura, me permitió realizar la solicitud para una Maestría en Administración de Empresas, con énfasis en Mercadeo, en el Instituto Tecnológico de Costa Rica, logrando el diploma en el año 2003.

Cuando no creía que iba a seguir otra carrera, me enteré de la licenciatura en Mediación Pedagógica que ofrecía la Universidad Técnica Nacional, me llamó poderosamente la atención el enfoque hacia la biopedagogía y la investigación, por lo que presenté mis atestados y fui aceptada. Esta carrera es como un regalo para mi vida, la estoy disfrutando como ninguna otra y estoy realmente satisfecha de mis logros en cada materia y los nuevos conocimientos en esta área tan importante de la educación. Espero finalizar a más tardar en agosto de 2016 y he proyectado presentar mi solicitud de ingreso al Doctorado para el año entrante bajo este mismo tema.




Servicio a la comunidad

Durante algunos años en la escuela formé pate de la Cruz Roja y de la directiva de grupo; también en el colegio integré algunas juntas directivas.

La parte cultural, específicamente la danza y cantar han sido lo que más me llena y disfruto. Aún hoy día formo parte del Coro Parroquial. En el Liceo fui parte de la Estudiantina y estuve desde 1977 a 1984 en el Coro de la Universidad de Costa Rica.

De 1986 a 1995 formé parte de la Asociación para el Desarrollo de la cultura y el Ambiente, posteriormente hice reingreso y en el 2014 también integré la Junta Directiva. Estando en la Asociación, fui parte de la Comisión de Inglés y se logró en 1987 traer el sistema de enseñanza del Centro Cultural Costarricense Norteamericano, así como participar en un intercambio cultural con la Ciudad Hermana de Garden City en 1988.

Vida laboral

Desde mis 10 años empecé a laborar en la Tienda Merceditas propiedad de don Hernán Rojas. Llegadas las vacaciones de fin de año y las de medio año, la felicidad era poder trabajar, tanto es así que aún, habiendo ingresado a la Universidad, seguía viniendo a trabajar a otra tienda.

Desde 1985, una vez concluido mi programa de estudios universitarios, presenté una propuesta de proyecto para la instalación de una porqueriza al Banco; ésta fue rechazada por lo que realicé oferta de trabajo al Instituto Nacional de Seguros. Mientras se resolvía, impartí lecciones de Ciencias por un semestre en el Liceo San Carlos. Fui llamada a prueba al INS y ahí permanecí por casi 19 años, hasta que renuncié en el 2006, pues había sido trasladada a Oficinas Centrales en San José para hacerme cargo de un Proyecto, estando ahí se experimentó el caos, al haber cambios en la estructura funcional y de políticas en la parte de Recursos Humanos, por lo que se dio la posibilidad de renunciar, considero que por dos razones, mucha incertidumbre de lo que iba a acontecer y porque no había arraigo como para quedarme en San José. 

En abril de 2007, en unión de mi cuñada, abrí una Cafetería en mi casa, la cual debí remodelar para adaptarla al concepto bohemio que se quería.

La aventura duró casi 7 años, representó para mí, una gran oportunidad para interactuar con personas cuya afinidad por las artes era semejante a la mía, por suerte también mi cuñada y en otro tiempo, un sobrino, se mantuvieron identificados con actividades y el servicio que brindábamos. Un negocio exitoso que debí valorar cerrar permanentemente, pues el trabajo en la Universidad Técnica Nacional, consumía más de ocho horas diarias.

Laboré seis meses en el Ministerio de Economía Industria y Comercio hasta el 15 de febrero de 2012 y al día siguiente 16 de febrero, ya estaba laborando en la Universidad Técnica Nacional, donde aún me mantengo como Encargada del Área de Mercadeo y Comunicación. Disfruto y amo lo que hago, las visitas a colegios y la organización de eventos ya sean pequeños o grandes me apasionan, siempre deseo que queden lo mejor posible, esa es mi mayor satisfacción.  

Sueños

Qué me falta por hacer?

Aún deseo realizar aventuras, emprendimientos que las ocupaciones diarias no me han permitido cumplir, pues no les he dedicado el tiempo que se merecen.

Dentro de las metas que están pendientes de llevar a cabo (mientras pueda valerme por mi misma), puedo enlistar las siguientes:

Viajar: mi sueño es conocer las pirámides de Egipto, pero también el viajar a Nueva York es como volver a mi casa, disfrutar tanta opción de visitar museos, caminar por sus anchas aceras, subir al subway, en fin creo que es una de las actividades que ameritan cumplirse.

Leer: Ansío contar con tiempo para leer obras que no disfrute en el colegio o en la Universidad o que me han dicho, he escuchado he visto, pero que no he tenido los minutos para dedicarles.

Escribir: uno de los principales objetivos es sentarme a escribir, terminar algunos escritos que tengo empezados a medio concluir y que estoy segura variarán al avanzar en su revisión y narración.

Dictar conferencias: Últimamente deseo participar en conferencias, seminarios, charlas, talleres, donde pueda compartir parte de mis experiencias de vida, de seguro deberán esperar si deseo seguir preparándome con el doctorado, pero como son anhelos, éstos pueden permanecer latentes para que en el momento oportuno pueda desarrollarlos y aportar a este emerger de evoluciones y revoluciones en la educación.





Cierro… o más bien abro mi vida, para que mediante las letras, pueda darme cuenta quién he sido, quien soy, y me percato de que lo trascendental llega justo ahora cuando creía que ya había recorrido muchas de las

rutas que conducen hacia un futuro, aún sin saber si se podrá escribir.